31/07/2017
“Sin el apoyo de los demás no soy nada”
n plena ola de calor me encamino a Argamasilla de Alba. El sol, inclemente, va cambiando el color del paisaje, del verde al ocre. Los matices de esa suerte de amarillo son el color del asfixiante verano manchego. Pilar Serrano vive en la calle Rodrigo de Pacheco, nada menos, el trasunto de Alonso de Quijada o Quesada, o tal vez Quijana; “pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad”. Pilar me espera en la puerta de la calle, sonriendo.