El trabajo de este docente de la Facultad de Ciencias Ambientales de Toledo, que ha sido premiado por la Asociación Española de Aerobiología (AEA), combinó, según el autor, “dos grandes bloques”, por un lado los efectos de la metereología, y, por otro, el estudio de los organismos vivos que se desplazan por el aire de forma pasiva, una interrelación que le llevó a sacar unas valiosas conclusiones y que, en la práctica, podrían ser la base de modelos de predicción de cosecha.
Rojo explicó que durante la elaboración del Estudio de la fenología floral del olivo y su relación con las variables ambientales, cuantificó los elementos florales de cada árbol y los relacionó con la intensidad de la polinización registrada, dado que este árbol es un “gran bioindicador del cambio climático y además provoca muchas alergias en la población”. “Este fue el nexo de unión” de la investigación que estudió los factores ambientales y el desarrollo fenológico y biológico del olivo.
Sobre la parte más práctica, tendría varias vías, incidió el ambientólogo, una de ellas “más agronómica” que permitiría optimizar las prácticas agrícolas (podas o los tratamientos de fertilización y fitosanitarios) del cultivo, en base a la sincronización de las mismas con el ciclo reproductivo. “Se podría definir el momento más adecuado para estas tareas”, sostuvo Rojo.
Así, el estudio podría derivar en la elaboración de modelos de predicción de cosecha, “en los que seguimos trabajando”, y que permitirían conocer la estimación de la recolección en el momento de la polinización, entre mayo y junio. “Se trataría de un prototipo con un patrón estadístico al que se le introducirían variables”, sostuvo.
Estas muestras están publicadas en la tesis y los productores “podrían saber en qué momento va a florecer el olivo, con hasta meses de antelación, y así ajustar las tareas agrícolas”
Predicciones semanales
En cuanto al potencial alergénico del grano de polen de olivo “es otra rama que trabajamos” que también tendría una trasvase práctico con predicciones semanales, teniendo en cuenta que “causa un alto nivel de alergias en la región mediterránea”.
En este caso, el modelo de estimación sería muy práctico a nivel sanitario “para anticipar los niveles de riesgo”, y también sería valioso a la hora de catalogar el potencial de cada zona en función de su floración.
Sobre el premio, Rojo señaló que es un reconocimiento “que me anima más a seguir trabajando” en los aspectos que analizó en su tesis doctoral, y cuyos resultados, indicó, han sido presentados en reuniones científicas y congresos nacionales e internacionales.
Además, las conclusiones, que conectan científicamente la aerobiología y la fenología, “han sido objeto de publicación de artículos en prestigiosas revistas científicas del área de las Ciencias Ambientales y Forestales”.
Fuente:
www.lanzadigital.com