Ciudad Real, clave para la conservación peninsular de la avutarda
Los resultados del último censo de avutarda cómun (Otis tarda) dados a conocer por el grupo local de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirLife) de Ciudad Real, revelan cómo esta provincia castellanomanchega es clave para la conservación del conjunto de la población de esta especie en la península ibérica.
04/07/2016
Según han explicado los coordinadores del censo, los ornitólogos Ángel Arredondo-Acero y Juan López-Jamar, los resultados del censo provincial que se acaban de publicar se refieren al año 2013, periodo durante el cual los socios y colaboradores de SEO/Ciudad Real llevaron a cabo un importante trabajo de campo para evaluar la tendencia de la especie en los últimos años.
Estos resultados muestran un extraordinario aumento de la población de avutardas con respecto al censo del 2001, con 1.417 individuos en invierno, 872 en el censo reproductor y 572 en el muestreo de productividad de septiembre.
Este incremento poblacional, dicen los coordinadores, “podría explicarse en parte por la recuperación general de la especie a nivel nacional tras la prohibición de su caza en 1980”, aunque sin duda, explican, “también es debido a una mayor esfuerzo, cobertura y exactitud de este último censo, más aun teniendo en cuenta la baja tasa de reproductividad típica de este ave”.
En 1981 la CODA realizó el primer censo nacional para la especie y estableció la población provincial en 215 individuos, distribuidos en 6 núcleos.
En 1982, el ICONA estimó siete núcleos poblacionales y un total de 279 individuos.
En el año 1994 la población provincial fue estimada en 145-170 individuos y fue considerada como la más amenazada de Castilla-La Mancha debido a su bajo número de efectivos y a un alto grado de aislamiento.
En el año 2001, SEO/Ciudad Real realizó un nuevo censo coordinado para la especie en la provincia y estimó la población provincial en 265 individuos (censo primaveral), con un máximo de 600 individuos en invierno y 315 aves en el censo estival.
El aumento de población detectado en este censo fue justificado por un mayor esfuerzo de muestreo y un mejor conocimiento del territorio.
La población ibérica de avutarda parece no haber disminuido durante la última década, probablemente gracias a la tendencia creciente del conjunto de la población ibérica tras la veda de la especie en los años 80 del siglo pasado.
Sin embargo, el área de distribución se está reduciendo, y existe una tendencia a que la población se concentre en los lugares de mejor calidad de hábitat, lo que las hace más vulnerables a amenazas como la pérdida de hábitat, eventos estocásticos o fragmentación de poblaciones, comentan Arredondo y López-Jamar.
A primera vista llama la atención el aumento de la población de avutardas en la provincia desde 2001.
A pesar de ello, han dicho, esta información solo nos permite resaltar la importancia actual de la provincia de Ciudad Real para el conjunto de la población ibérica.
La falta de información histórica detallada obtenida con metodologías y esfuerzos comparables para Ciudad Real, así como la falta de censos nacionales coordinados que permitan relacionar esta evolución con la de zonas conectadas con las nuestras y con cambios de distribución, deja la duda de si la tendencia observada sigue unos procesos naturales o si podría deberse a un desplazamiento de aves desde zonas conectadas donde se estén produciendo pérdidas o deterioros de hábitat.
Desequilibrio
Además, como resultado del censo se ha podido constatar un importante desequilibrio en la relación entre sexos en algunas de las zonas muestreadas.
A pesar de que el número de hembras por macho en el censo de marzo es de 3,2, una proporción considerada normal para la especie, existen preocupantes diferencias por zonas. Así, en la Llanura Manchega y en Campo de Montiel este valor es muy inferior a los valores normales (0,71 y 0,79 respectivamente), mientras que esta relación es muy elevada en el entorno de Daimiel.
Estos desequilibrios podrían ser reflejo de algún problema que pudiera estar afectando de forma selectiva según la zona a alguno de los sexos, disminuyendo la productividad por el bajo número de hembras, o perdiéndose zonas de crías (por falta de machos).
El bajo número de individuos de uno de los sexos, aunque el otro sea relativamente abundante, podría llegar a comprometer la viabilidad de la población de una zona.
Por todo ello, consideran que “es vital para la conservación de la avutarda y otras aves esteparias reconocer la importancia de las zonas muestreadas en este trabajo, trabajando sobre las amenazas concretas en cada una de ellas, y desarrollando una gestión y protección adecuadas que garanticen un hábitat de calidad para este grupo de aves”.
Amenazas
Las amenazas de la población de avutardas en la provincia coinciden con las del resto de su área de distribución.
Una de las principales es el deterioro y la pérdida de hábitat, derivados de la intensificación agrícola y de los cambios en el uso del suelo realizados sin una correcta evaluación ambiental, como por ejemplo la transformación del viñedo tradicional en espaldera. Promovido por las políticas agrarias, implica una pérdida de hábitat para la avutarda común y otras aves esteparias, así como un riesgo de colisión que aún no ha sido suficientemente evaluado.
Las grandes infraestructuras sin adecuada evaluación ambiental, como el caso del Aeropuerto de Ciudad Real, han supuesto la pérdida de zonas importantes para la avutarda.
Distribución
La avutarda común ha sufrido una importante regresión en toda su área de distribución mundial en los últimos dos siglos, lo que le ha llevado a estar considerada como especie globalmente amenazada y “vulnerable” en el Libro Rojo de las Aves de España. La población mundial se estimó en 44.100-57.000 individuos para el año 2010, distribuida de forma muy fragmentada a lo largo del Paleártico desde el norte de Marruecos y la península ibérica, hasta el noreste de China.
En la península ibérica la población se estimó en ese mismo año en unos 31.300-36.200 individuos (29.400-34.300 en España), distribuidos por el norte de Portugal y en las comunidades autónomas de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Andalucía, Aragón y Navarra.
Es un ave asociada a medios esteparios, a rasgos del paisaje ligados a una agricultura extensiva y con baja presencia humana, por lo que se ha usado como indicadora del grado de conservación de las pseudoestepas ibéricas.
Fuente:www.lanzadigital.com