El viceconsejero de Medio Ambiente, Sergio González Egido, manifestó a Lanza que en la comunidad no hay puntos con niveles “rojos” de polución, daro que no hay afluencias tan grandes como las ciudades más grandes de España (como Madrid, Barcelona o Sevilla) y, por tanto, no se acumula tanta contaminación.
González explicó que los niveles de calidad de aire están controlados por una red de vigilancia que en Castilla-La Mancha tiene doce estaciones, cinco de ellas están en Ciudad Real, y de éstas cuatro en Puertollano.
Precisamente, es en esta ciudad, por su carácter industrial, donde puntualmente se registran ‘picos’ de altas concentraciones de ozono que intervienen sobre la calidad y el desarrollo del medio ambiente, pero que tienden a desaparecer, como el que hubo en marzo de 2014 cuando se superó el umbral de concentración de ozono, con una media de 189 microgramos por metro cúbico, cuando el máximo es de 180.
González Egido expuso que las estaciones de la red emiten informes mensuales y miden los parámetros de evolución de la calidad del aire, en función de la aglomeración de partículas en suspensión de dióxido de nitrógeno -NO2- (lo originan los combustibles de los vehículos), dióxido de azufre (SO2), y de ozono, que influyen en una potencial elevación de contaminantes.
Con todo, el viceconsejero destacó la cualidades medioambientales de la Comunidad, que en función de la actividad empresarial de los núcleos más grandes, “no cambiarán nada”, manteniéndose la previsión de “buena calidad del aire”.
Sí podrá haber episodios derivados de la mala climatología, con días de mucho calor, pero “la tónica general es buena”.
Sobre que el incremento de la contaminación por NO2 en Madrid en las últimas semanas pueda afectar de forma indirecta a Castilla-La Mancha, especialmente a las provincias limítrofes, como Toledo y Guadalajara, por el cambio de dirección del viento, González dijo que “no ha habido problema”, pues no se han contabilizado niveles que hayan supuesto sobrepasar límites para la protección de la salud.
Invierno cálido
A pesar de estos bajos niveles, la lluvia aliviaría las concentraciones atmosféricas, algo que por ahora, según las previsiones de la AEMET, no ocurrirá, pues el invierno se caracterizará por temperaturas superiores a lo normal y por precipitaciones normales para la época.
Según la agencia, no será hasta la primavera cuando podrán sumarse más precipitaciones para hacer frente a la escasez de agua, que está afectando sobre todo al sector agrícola, con un otoño muy seco y poco húmedo.
Fuente: lanzadigital.com