Esta norma, que entró en vigor el 5 enero de 2012, fue aprobada por unanimidad en el Congreso y con el visto bueno de todas las organizaciones de mujer rural. Estaba llamada a llevar la igualdad al medio rural, ya que según las estimaciones unas 100.000 mujeres se beneficiarían de ella; sin embargo, años después no ha cumplido con las expectativas.
Para la presidenta de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer), Carmen Quintanilla, uno de los retos de 2015 es la implementación de esta norma, que aporta derechos fiscales, sociales y civiles, además de fomentar la visibilidad de su trabajo. Otros de los “proyectos estrella” de la Asociación para el año que viene serán “Las mujeres y las nuevas tecnologías en la dinamización económica del medio rural”, una iniciativa que con el apoyo del Gobierno se desarrollará en Castilla-La Mancha, Murcia y La Rioja y cuyo fin será reducir el desempleo y atajar las necesidades de una población cada vez más envejecida.
“No hay que abandonar los pueblos y hay que hacer una defensa especial de la mujer”, afirma la presidenta de la Federación de la Mujer Rural (Femur), Juana Borrego. En este sentido, Borrego hace un llamamiento a que desde las administraciones se tenga en cuenta al colectivo y se impulsen proyectos para fomentar “su protagonismo y, sobre todo, la creación de empresas en el medio rural”.
Una mujer rural en la vendimia. Foto: EFE/Jaro Muñoz
Más información para la cotitularidad
En el caso de la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (Amfar), pretende revisar en 2015 la Ley de Titularidad compartida, que a juicio de su presidenta, Lola Merino, ha carecido de una campaña de información suficiente y las mujeres “no saben qué hacer, ni dónde dirigirse”. Merino critica las diferentes formas de enfrentarse a esta ley en función de las autonomías; en la actualidad el 70 % de los titulares de las explotaciones agrarias familiares son varones. El emprendimiento es otro “caballo de batalla” de Amfar, que considera que para frenar la despoblación y la masculinización del territorio, las mujeres “tienen que ser las protagonistas del mundo rural sostenible”.
Desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) reivindican su trabajo en un tema que “les preocupaba mucho” -la violencia de género-, al convertir sus sedes y las de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en “espacios libres de violencia”, donde las mujeres pueden encontrar “una primera mano amiga”. En cuanto a la cotitularidad, su presidenta, Teresa López, ha reconocido que su aprobación coincidió con el “boom de la crisis”, lo que “ha dejado la igualdad en un segundo o tercer plano”. A su juicio, la norma no ha culminado su desarrollo, al no ponerse en marcha las campañas de incentivos y ayudas: “A día de hoy es muy difícil saber que existe esa figura y, si la conoces, saber qué es lo que hay que hacer para darte de alta”.
Empleo para la mujer rural
La presidenta de la Confederación de Mujeres del Mundo Rural (Ceres), Inmaculada Idáñez, no ve que la cotitularidad “eche a andar” por lo que 2015 será un año para seguir impulsándola. Entre sus líneas de actuación, cita la creación de pequeñas empresas por parte de las mujeres y la formación para luchar contra la violencia de género. La Unión de Centros de Acción Rural (Uncear) ha previsto una agenda de iniciativas para 2015 centrada en grandes ejes como el empleo, la inclusión social o el refuerzo del movimiento asociativo. Entre sus actuaciones señala la creación de una red de municipios renovadores por el empleo y la igualdad o un Plan contra la exclusión social que, según su responsable, María Chicharro, están trabajando con el Gobierno.
Fuente: efeagro.com