Los ríos Guadiana y Cigüela confluyen en una llanura manchega incapaz de contener tanto caudal de agua. El resultado de esa fusión fluvial es un humedal único en Europa conocido como lasTablas de Daimiel, hogar de una flora y fauna abundante, un ecosistema frágil por el que pasan a lo largo del año millones de aves migratorias y miles de viajeros amantes de la naturaleza.
Salvado de un final prematuro en 1973 al ser declarado Parque Nacional, las Tablas de Daimiel se presentan actualmente en buena forma consecuencia de las abundantes lluvia caídas dos años seguidos -1996 y 1997- y a la decisión del Estado de adquirir las fincas de regadío adyacentes, cuyos propietarios extraían sin medida agua del Acuífero 23, una de las mayores bolsas de aguas subterránea de España.
En circunstancias excepcionalmente lluviosas, el acuífero se sobra y empapa las tierras que pertenecen a 30 municipios de las provincias de Ciudad Real, Albacete y Cuenca. Una de las consecuencias más deseadas de esta abundancia es la reaparición de los Ojos del Guadiana, un hecho excepcional que ocurrió en 2013 tras un periodo sin agua de 29 años.
Tres itinerarios
Aunque el Parque Nacional suma 3.000 hectáreas de terreno entre Villarrubia de las Ojos y Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, solo se puede visitar una pequeña parte. De los tres itinerarios posibles, todos perfectamente señalizados, el más interesante es el de la Isla del Pan, que permite recorrer de manera circular 2.500 metros sobre este laberinto de agua e islas mediante una red de pasarelas de madera. A lo largo del recorrido se van encontrando carteles explicativos de la fauna, la vegetación y los diferentes usos que el hombre ha dado a las Tablas desde tiempos remotos, principalmente la pesca de cangrejos y la caza de aves.
La última cacería la protagonizó Franco, para quien expresamente se montó una en 1965
En el Libro de la Cazaescrito por el infante Don Juan Manuel en 1325, se habla ya de las virtudes cinegéticas de las Tablas, siendo muchos los personajes poderosos que se han pasado por aquí pegando tiros a las aves. La última cacería la protagonizó Franco, para quien expresamente se montó una en 1965, una década después de que estuviera terminantemente prohibido hacerlo.En la Isla del Pan se puede disfrutar de un mirador elevado sobre las tablas y ver como eran las casas típicas del humedal, en su tiempo habitadas por familias de pescadores.
La fragilidad del ecosistema recomienda visitarlo en pequeños grupos procurando no hacer mucho ruido para no molestar a la fauna y, de paso, al resto de visitantes. Esta es también la mejor manera de disfrutar de los olores, colores y sonidos del paisaje que se multiplican cuando empieza a caer la noche y el cielo manchego se enciende de tonos anaranjados que maridan a la perfección con el azul de las aguas y el amarillo (o verde en verano) del carrizo, la especie vegetal más común del humedal.
Observación de aves
En el espesor del carrizal se desarrolla gran parte de la vida de la aves y otras especies, lo que le convierte en un elemento vital para el mantenimiento del equilibrio del ecosistema. Después de los paseos por las plataformas y senderos habilitados, la segunda actividad más popular en las Tablas de Daimiel es la observación de aves en su hábitat natural. Según la época del año en que se visiten, se verán diferentes especies de aves, hasta cerca de 70.
Para facilitar el avistamiento, se han instalado sobre el humedal diferentes observatorios, unas casetas de madera con aberturas que permiten ver sin ser visto, de tal modo que las aves siguen su rutina como si nada.
Uno de los observatorios preferidos por los visitantes es el de laLaguna de Aclimatación, donde habitan en cautividad ejemplares de todas las especies de aves propias de las Tablas. Es el lugar idóneo para ver de cerca los bonitos detalles del pato colorao, el ánade azulón, el porrón moñudo o la polla de agua.
Fuente: ocholeguas.com