Eso supone que es casi seguro que en los próximos meses no haya más afloramientos. El nivel freático ha ido subiendo y se han ido produciendo salidas de agua subterránea y aportes al río desde la carretera de Daimiel hasta al Molino de Molemocho. Ha habido una salida continúa de caudal, pero posiblemente empiece a descender en los próximos meses.
¿Confía en ver volver a ver brotar los Ojos del Guadiana?
Claro que sí. Confío en que se conseguirá. Además, la normativa marco obliga a conseguir un buen estado de las aguas y espero que poco a poco se consiga, si no es una situación similar al régimen natural, sí una situación próxima a ella. Y por lo menos, que en los próximos años húmedos ocurra lo de ahora, que el río Guadiana corra ya en bastantes tramos y que haya un aporte de caudal adaptable. Una situación como la actual se puede ir manteniendo e, incluso, mejorando en el futuro. No sé si se conseguirá en los próximos años, pero me gustaría ver correr agua desde los Ojos altos hasta Las Tablas. Ese tiene que ser el objetivo.
El Acuífero 23 (Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus Valdelobos) ha ganado algo más de 18 metros en los últimos cinco años. ¿Estamos en un momento crucial y esperanzador para su total recuperación?
Estamos en el mejor momento de los últimos 40 años, pero en cuanto se produzcan periodos de sequía, el nivel del acuífero irá bajando y los caudales de salida hacia el Guadiana irán disminuyendo, e incluso llegará a ser cero.
Entonces, ¿debemos echarnos las manos a la cabeza?
La situación es muchísimo mejor que hace unos años, pero no hay que bajar la guardia. Hay que adaptar el uso sostenible del agua a las condiciones meteorológicas, por lo que al venir un periodo seco, lógicamente, habrá que sacar el agua lo mínimo posible y mantener así el desarrollo económico de la zona.
Fuente: latribunadeciudadreal.es