WWF pone a disposición de los regantes interesados hasta tres herramientas informáticas gratuitas Acuas, Sitar y Optiwine, que permiten ajustarse a los consumos que tienen autorizados por la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Algo bueno para el medio ambiente y tal y como ha subido la tarifa eléctrica, “tan bien muy bueno para el bolsillo”, subraya Fernández: “Regar menos significa menos horas de encendido de la bomba lo que se traduce según nuestros cálculos y siempre que se riegue según las recomendaciones oficiales, no a ojo, hasta 150 euros por hectárea al año. Este va a ser el mensaje que le vamos a dar a los regantes”.
Acuas, que permite elaborar un plan de cultivo a la medida de cada agricultor y que se implantó en 2012 como anteproyecto en Daimiel, tuvo mucho éxito en esa comarca. El problema ahora es extender la tecnología a otros puntos afectados por el acuífero 23.
“Queremos conseguir la máxima participación de los regantes en dos sentidos; por un lado que acudan a las comunidades de regantes a hacerse un plan de cultivo que les permita cumplir con los derechos, y por otro lado dotarles de un acceso más cómodo e inmediato a los sistemas oficiales de asesoramiento”, subraya Fernández.
Participar en Acuas es fácil y gratuito. “No se tarda más de veinte minutos”, señala. Lo único que se le pide al agricultor es su teléfono móvil y se le pregunta por las característica de su explotación, es decir, qué va a cultivar.
Acuas, siglas de Asesoramiento de Usuarios de Aguas Subterráneas, está diseñada para el acuífero 23. Basta con una entrevista personalizada al agricultor y se lleva su plan de riego hecho a casa. No son más de veinte minutos.
En el momento el agricultor podrá llevarse un expediente completo de su plan de cultivos personalizado y una fotografía aérea detallada de su explotación, con los límites marcados dentro de cada una de las parcelas de la zona en las que puede regarse.
Pero hay otras opciones, como apuntarse al sistema Sitar que permite el envío de mensajes de texto, ‘sms’, por el teléfono móvil con las recomendaciones semanales de riego para cada uno de los cultivos solicitados.
El Sitar no inventa nada nuevo. La base de la información que se suministra se obtiene a partir de las recomendaciones de riego del Servicio Integral de Asesoramiento al Regante (SIAR) de Castilla-La Mancha, un servicio oficial que pocos conocen por lo que Alberto Fernández considera recelos infundados del agricultor que “no le gusta que se le inspeccione y en muchas ocasiones desconfía de los beneficios que le puede reportar gestionar bien sus derechos”.
“Es una pena que este sistema no sea más popular, el ahorro que se consigue en muy importante”, dice, y pone el ejemplo de lo que pasó el año pasado en Daimiel. El Sitar se aplicó en doce parcelas (con poco más de 71 hectáreas) para seis tipos de cultivo y el ahorro medio de agua se estimó en 5.600 metros cúbicos, un 14 por ciento.
Otro objetivo que se han fijado los conservacionistas para este curso es ampliar el Optiwine (un sistema de ahorro exclusivo para viñedo), que el año pasado se desarrolló como experiencia en tres parcelas, a un total de seis en 2014.
El Optiwine conlleva la instalación de diversos sensores para analizar las condiciones meteorológicas (humedad, temperatura, viento, radiación y evaporación), la humedad del suelo y el estado de la viña lo que permite saber si el viñedo está sufriendo o no estrés hídrico. Con toda esa información se establecerá cuándo, cuánto y cómo regar la vid empleando el agua justa.
Los cursos informativos programados por WWF serán en principio la penúltima semana de este mes de febrero.
WWF, con las comunidades de regantes
WWF está con las comunidades de regantes en el pulso que mantienen con la Confederación Hidrográfica del Guadiana, que entiende que hay que crear tres nuevas comunidades de usuarios, una por cada una de las tres masas de agua en las que a partir de este año quedará oficialmente dividido lo que hasta ahora se ha conocido como acuífero 23.
Alberto Fernández, director del programa ‘Misión posible: conservar el agua en La Mancha’, explica que su organización “está apoyando para que se mantengan las pequeñas comunidades de regantes, las de base, las de ámbito local”.
“Las comunidades de regantes dan muchos servicios gratuitos al agricultor y cuentan con el conocimiento de la realidad cercana de cada pueblo y de cada regante”, opina Fernández, al que estos argumentos le parecen lo suficientemente potentes como para que no desaparezcan las 21 comunidades de base con las que cuenta en estos momentos el acuífero 23.
Precisamente los dirigentes de las principales comunidades de regantes de la Unidad Hidrogeológica 04-04 (el 23) han dado su apoyo público a estos programas de ahorro hídrico.
Fuente: www.lanzadigital.com