Con la sonrisa siempre en los labios, Ana Isabel Muñoz dio un pregón desde la “alegría, la fe, amistad, cariño y respeto, el mismo con el que debemos acoger a todos los que vienen estas fiestas a vivir nuestras Paces con nosotros a Villarta de San Juan, trasmitiéndoles los auténticos valores de la Paces, que no son otros que los de invitar a disfrutar el presente de la mejor posible, divirtiéndonos y participando en las actividades programadas, porque no sabemos dónde estaremos el año que viene”.
Al grito de “Viva Villarta y todas sus gentes” cerró un pregón en el que recordó momentos entrañables de su vida infantil y juvenil en el pueblo como la vendimia, “su olor inconfundible por las bodegas, y que invita a saborear un buen mojete en la viña”. También se acordó de su paso por el grupo Alboreá en el que participó hasta que se marchó a Madrid; de la Asociación Operación 2.000, así como de su familia y “todos aquellos que me ayudaron en los malos momentos”.
Este viernes 24, día grande, Procesión, pirotecnia y Operación 2.000
Este viernes 24 es el día grande de LAS PACES, cuya antigüedad documentada se remonta a 1575, y que arranca a las 11,30 horas con la solemne función religiosa presidida por el sacerdote Oscar Miguel Casas Arévalo, de la parroquia de Herencia, en la que actúa la Coral “Maestro Ibáñez” de Valdepeñas. Tras la santa misa, está previsto que salga la Procesión de la Santísima Virgen de la Paz, organizada por la Hermandad Nuestra Señora de la Paz. La veintena de peñas locales alcanza aquí especial protagonismo abriendo la procesión. A la salida de la Virgen la Asociación Villarta por la Infancia y Afammer lanzarán unos globos blancos y dos palomas blancas en señal de paz.
En el ecuador del recorrido de la procesión, como viene haciéndose desde hace 42 años, tiene lugar también la llamada “Operación 2.000”, que consiste en tirar 2.000 docenas de cohetes en un par de minutos, justo cuando la Virgen sale de la iglesia vieja, en su bonito mirador sobre el río Gigüela.
Los villarteros ofrecen a su patrona, durante el recorrido de la procesión entre la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista “Iglesia Nueva”, hasta la Iglesia “Vieja”, el lanzamiento de numerosos cohetes para agradecerle algún hecho positivo ocurrido ese año en su familia, con lo que el recorrido se realiza en medio de una gran algarabía de pólvora.
Cuando acaba la Procesión, comienza la Puja de los Brazos de la Virgen, en la que los villarteros demuestran su devoción hacia su patrona, y su interés por portar a la Virgen en su entrada a la Iglesia.
Fuente: www.eldiadigital.es