Torres resaltó que estamos ante la motilla que «más se ha investigado y la única visitable de las 31 motillas registradas en La Mancha, único lugar donde se encuentran este tipo de estructuras», propias de un grupo cultural de la Edad del Bronce «muy concreto y único: el Bronce Manchego».
Torres, que también se desplazará a la cita en Fitur, incidió en la importancia de mostrar La Motilla del Azuer como «un elemento atractivo» para el turista. «Tenemos que ser capaces de despertar el interés del posible visitante», que sea consciente de que «en el mundo hay menos motillas que pirámides», explicó Torres como ejemplo de la singularidad del yacimiento.
De forma transversal, también se pretende potenciar el atractivo turístico de la localidad. Por ello, las visitas a La Motilla arrancarán en el Museo Comarcal y se convertirán en el complemento perfecto para los turistas que pasen por el Parque Nacional de Las Tablas. Antes de que se configure esa oferta, los daimieleños serán los primeros en comprobar los encantos del yacimiento. Las fechas que se barajan es que, a expensas de los retrasos que pueda provocar la meteorología, esas jornadas se hagan previsiblemente a finales de febrero y que la apertura total llegue en primavera.
acondicionamiento. Durante 2013 se ha desarrollado un proyecto en valor del yacimiento dirigido a acondicionarlo y adecuarlo para que pudiera ser visitado, dotándolo además de un Centro de Visitantes. Torres explicaba que también se ha procedido a la limpieza interior y exterior de arbustos y al acondicionamiento de los accesos. Según el arqueólogo, de llevarse a cabo intervenciones futuras, estas irían principalmente encaminadas a trabajos de reforzamiento y consolidación de estructuras.
Situado a unos once kilómetros de Daimiel, acumula más de 4.000 años de historia siendo, sin lugar a dudas el mejor ejemplo de la prehistoria manchega, donde se ha descubierto el pozo más antiguo de la península ibérica, según algunos investigadores. Estuvo ocupada durante la Edad del Bronce (2200-1500 a. de C.) y es un ejemplo del tipo de construcciones que se hacían en esos momentos en la zona. Está integrada por un núcleo central formado por una torre y varios recintos amurallados con un sistema de circulación interna a través de pasillos que le da un aspecto laberíntico al monumento. En la parte oriental, estaría la zona de patio con un pozo que alcanzaría la capa freática. Eran tiempos en los que la sequía ya suponía un problema para los manchegos y había que buscar soluciones.
Fuente: www.latribunadeciudadreal.es