Con una fórmula que combina elementos naturales (utilizados en cosméticos, detergentes y productos alimentarios), Ibáñez ha logrado una densidad suficiente para hacer flotar a una persona inmóvil en el agua en cuestión de segundos. Es «incolora, inodora e insípida» y compatible con los sistemas actuales de depuración.
La presentación de este producto está prevista para mediados de enero, en una piscina de unos 8 metros, en los que se mostrarán sus diferentes utilidades. El principal objetivo es que, en caso de que un niño caiga accidentalmente o que un adulto quede inconsciente, el agua le mantenga flotando bocarriba. Además, Ibáñez señala que facilita el aprendizaje de la natación y el desarrollo de actividades de gimnasia o rehabilitación, puesto que «se desarrolla una fuerza más lenta y progresiva, ideal para estos usos». El resultado es que los movimientos son más rápidos y que este producto no solo no causa problemas sanitarios, sino que, al ser «exfoliante y cicatrizante, atenúa los síntomas en caso de piel atópica, psoriasis y otras enfermedades». Asimismo, este agua ingrávida permite que niños o discapacitados puedan manejarse sin precisar de un supervisor individual.
Fuente: http://www.latribunadeciudadreal.es