El curso ha sido impartido por Alba Muñoz, especialista en estos temas. Entre el 19 y el 28 de noviembre, durante cuatro horas semanales, los participantes conocieron aspectos relacionados con el etiquetado, principios de disminución de la temperatura y eliminación del agua para impedir su deterioro, qué alimentos se pueden congelar, las pautas a seguir en la refrigeración, cómo situar los alimentos crudos en la parte inferior del frigorífico, nociones de pasteurización y esterilización, tiempos necesarios y envases adecuados para ello, cómo y por qué utilizar la salazón para eliminar la humedad de los alimentos, o formas de conservación mediante adobos y escabeches.
También se abordaron asuntos como la limpieza de las materias primas, como las hortalizas, pescados, frutas y verduras, claves para evitar la contaminación cruzada entre alimentos, y se explicó cómo evitar la oxidación con zumo de limón. Otros asuntos de interés fueron el tratamiento de los huevos o cómo realizar la descongelación, con la recomendación de no hacerlo nunca a temperatura ambiente o en agua caliente.
La elaboración de tablas de menús semanales equilibrados, el etiquetado de los alimentos, contaminantes, aditivos, riesgos de salmonella y anisakis, etc, ocuparon otras de las sesiones del taller.
Como consejos básicos para la manipulación de alimentos, la monitora recomendó siempre el lavado de manos con agua y jabón durante al menos veinte segundos antes y después de hacerlo; refrigerar o congelar los productos perecederos, comidas preparadas o sobrantes antes de dos horas; descongelar alimentos dentro del refrigerador; limpiar y desinfectar tablas de cortar, cuchillos o encimeras; no dejar alimentos en platos o tablas sin lavar donde haya habido alimentos crudos; y reemplazar frecuentemente los paños de cocina y las esponjas para prevenir que las bacterias se propaguen por la cocina, por lo que se aconseja usar papel para el secado de manos tras manipular alimentos crudos.
Fuente: Ayuntamiento de Manzanares